Migrando al Corazón del Universo


De la multiplicidad a la sencillez, de la pluralidad a la unidad, desde la complejidad tecnificada de la sociedad -puro reflejo de la personalidad caótica, sobrecargada, dividida, y desintegrada del hombre actual-, la auténtica Migración conduce a la simplicidad, la integración y finalmente a la Unidad.

La llamada está cada vez más clara, la sienten cada vez más seres, la vuelta a casa, la vuelta al Hogar, al Hogar que está en nuestro corazón, que es el corazón mismo del Universo. Estar atentos al momento en que se nos llama es cumplir nuestro destino, pues el viaje, la Migración, es personal, y es nuestro objetivo real como seres vivos en este planeta.

La marca definitoria de la Realidad es la UNIDAD. En nuestro camino hacia la Unidad, hacia la Realidad, Dios, la Felicidad -tantos son los nombres que le hemos dado a lo mismo- solo tenemos que dejar caer lo superfluo, lo sobrante -y nos sorprenderemos de cuánto sobrante y superfluo tenemos en nuestras vidas- y todo vendrá dado, y al final, nos sorprenderá lo cerca que teníamos esa Realidad, esa Meta, ese Destino; todo el tiempo ha estado en nosotros mismos, ya que la Realidad, la Unidad, es nuestra naturaleza.

Pero insistimos en hacer un viaje, siempre en marcha, siempre moviéndonos, sin darnos cuenta de que el punto de salida es exactamente el mismo que el de la meta, solo que en el “camino” lo que vamos haciendo es dejar caer lastre, quitándonos todo aquello que nos sobra.

Pero es nuestra manera, andar, caminar, viajar, migrar…. Así que dispongámonos a emprender el camino desde nuestro yo hasta nuestro Yo; la Felicidad que buscamos ya es nuestra, solo tenemos que descubrirla. En el “camino” iremos viendo maravillas, magia, hadas y estrellas; y al llegar descubriremos ya sin asombro que todo ello procedía de nosotros mismos, que somos magos, somos la misma fuente de la Vida.

Nos sorprenderá la forma en que nos viene la llamada y todo lo que veremos en el camino, nos encontraremos con seres mágicos, maravillosos, con quienes compartir sueños, Amor, alegría y andadura, para con ellos ser verdaderamente Uno, la verdadera meta de nuestro andar migratorio.

Preparémonos a comunicarnos mediante la Música -el lenguaje perfecto- a ver nuevos colores, a percibir nuevos aromas, a cambiar radicalmente nuestra percepción dejando que la Verdad se manifieste en nosotros como quiera, pues esa es la forma de alcanzar nuestro destino, la Meta, el Final, nuestra Casa, nuestro Hogar, nuestro Corazón.

Rafael Lázaro